El otro día me llevé una grata sorpresa al leer el periódico, concretamente en la sección de turismo del Diario Sur. Un interesante reportaje a página completa hablaba sobre la iniciativa europea para poner un poco de orden en el sistema de calificación por estrellas para las categorías hoteleras. Coincidiendo con el Día Mundial del Turismo, el Parlamento Europeo ha dado luz verde a un informe que tiene como objetivo impulsar el turismo de calidad en los países miembros y que incluye la petición de armonizar el sistema de estrellas en los hoteles en toda la Unión Europea.
Esta reivindicación no es nueva para mí, puesto que es algo que llevo pidiendo más de ocho años, solicitando a la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (AHECOS) que se unifique el criterio para clasificar a los establecimientos hoteleros, de manera que lo que se tenga en cuenta verdaderamente sea la calidad. Este es un problema muy enquistado en la Costa del Sol, dónde la mayoría de las plazas que ofertamos corresponden a cuatro y cinco estrellas, el más alto rango de la clasificación, pero sin embargo existen grandes diferencias de unos establecimientos a otros.
Por desgracia, hay muchos hoteles antiguos de cuatro estrellas en la Costa del Sol, que fueron punteros en su día pero que a día de hoy están sin remodelar y no tienen las instalaciones ni equipamientos necesarios para otorgarles esta categoría. Si los comparamos con los establecimientos que han sido completamente reformados o son de nueva construcción, encontramos que la diferencia en calidad es muy notable, y que comparativamente esos hoteles antiguos deberían rebajar su categoría a tres o incluso dos estrellas.
Esta diferencia de calidad supone también una necesaria diferencia en los precios que nos crea a los empresarios numerosos problemas a la hora de negociar acuerdos con touroperadores. Un hotel con peor infraestructura tiene que abaratar precios para llenar y supone una competencia desleal si tiene el mismo número de estrellas que un hotel moderno, eficiente y bien equipado. Los touroperadores aprietan en los acuerdos e imponen precios, alegando que les ofertan hoteles de la misma categoría más baratos, y lo que al final se produce es una espiral de caída de precios en todo el sector, agravando la crisis económica actual.
Durante mucho tiempo, la postura oficial de AHECOS respecto a este tema ha sido muy conservadora, alegando que se negaban a hacer modificaciones en el sistema de estrellas para respetar a los hoteleros antiguos, a los que afectaría de forma considerable al tener que realizar altas inversiones para poder mantener su categoría. Sin embargo, ahora que Europa ha tomado cartas en el asunto, parecen haber cambiado de opinión y apoyan la iniciativa. De hecho, el presidente de AHECOS, José Carlos Escribano, ha declarado en el reportaje que esta normativa supone un respaldo importante para el destino malagueño, dado que permitirá un mayor reconocimiento de la calidad de la oferta alojativa, y añade que en España ya están trabajando para unificar los criterios de calidad y evitar que en cada comunidad autónoma existan unos requisitos.
Celebro que después de tanto tiempo reivindicando esta medida, por fin las autoridades estén trabajando en un criterio unificado, de manera que el viajero no encuentre enormes diferencias en hoteles de la misma categoría en las diversas capitales europeas. Además, coincido con el reportaje en que esta norma de unificación de criterios favorecerá claramente a la planta hotelera de los destinos españoles, caracterizada por su calidad, y especialmente a la Costa del Sol, que es la zona peninsular con mayor concentración de establecimientos de cinco estrellas y Gran Lujo. Si queremos un turismo de calidad, somos los empresarios los que tenemos que apostar por la calidad.
Esta reivindicación no es nueva para mí, puesto que es algo que llevo pidiendo más de ocho años, solicitando a la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (AHECOS) que se unifique el criterio para clasificar a los establecimientos hoteleros, de manera que lo que se tenga en cuenta verdaderamente sea la calidad. Este es un problema muy enquistado en la Costa del Sol, dónde la mayoría de las plazas que ofertamos corresponden a cuatro y cinco estrellas, el más alto rango de la clasificación, pero sin embargo existen grandes diferencias de unos establecimientos a otros.
Por desgracia, hay muchos hoteles antiguos de cuatro estrellas en la Costa del Sol, que fueron punteros en su día pero que a día de hoy están sin remodelar y no tienen las instalaciones ni equipamientos necesarios para otorgarles esta categoría. Si los comparamos con los establecimientos que han sido completamente reformados o son de nueva construcción, encontramos que la diferencia en calidad es muy notable, y que comparativamente esos hoteles antiguos deberían rebajar su categoría a tres o incluso dos estrellas.
Esta diferencia de calidad supone también una necesaria diferencia en los precios que nos crea a los empresarios numerosos problemas a la hora de negociar acuerdos con touroperadores. Un hotel con peor infraestructura tiene que abaratar precios para llenar y supone una competencia desleal si tiene el mismo número de estrellas que un hotel moderno, eficiente y bien equipado. Los touroperadores aprietan en los acuerdos e imponen precios, alegando que les ofertan hoteles de la misma categoría más baratos, y lo que al final se produce es una espiral de caída de precios en todo el sector, agravando la crisis económica actual.
Durante mucho tiempo, la postura oficial de AHECOS respecto a este tema ha sido muy conservadora, alegando que se negaban a hacer modificaciones en el sistema de estrellas para respetar a los hoteleros antiguos, a los que afectaría de forma considerable al tener que realizar altas inversiones para poder mantener su categoría. Sin embargo, ahora que Europa ha tomado cartas en el asunto, parecen haber cambiado de opinión y apoyan la iniciativa. De hecho, el presidente de AHECOS, José Carlos Escribano, ha declarado en el reportaje que esta normativa supone un respaldo importante para el destino malagueño, dado que permitirá un mayor reconocimiento de la calidad de la oferta alojativa, y añade que en España ya están trabajando para unificar los criterios de calidad y evitar que en cada comunidad autónoma existan unos requisitos.
Celebro que después de tanto tiempo reivindicando esta medida, por fin las autoridades estén trabajando en un criterio unificado, de manera que el viajero no encuentre enormes diferencias en hoteles de la misma categoría en las diversas capitales europeas. Además, coincido con el reportaje en que esta norma de unificación de criterios favorecerá claramente a la planta hotelera de los destinos españoles, caracterizada por su calidad, y especialmente a la Costa del Sol, que es la zona peninsular con mayor concentración de establecimientos de cinco estrellas y Gran Lujo. Si queremos un turismo de calidad, somos los empresarios los que tenemos que apostar por la calidad.