Cada año sucede lo mismo. Termina la temporada alta y vivimos una auténtica avalancha de publicaciones y de datos que analizan las cifras del sector turístico en estos meses. Las autoridades dan su versión, generalmente triunfalista para justificar su gestión, y es la que transmiten a la prensa y ocupa portadas en los periódicos.
Hace unos días leía en el diario El Mundo que la Costa del Sol había acogido a 4,8 millones de turistas entre los meses de junio a septiembre, causando un impacto de 3.470 millones de euros. Éstas eran las declaraciones del presidente del Patronato de Turismo, Elías Bendodo, que anunciaba nuestra provincia había experimentado un incremento del 10% respecto al pasado año y había cumplido las previsiones de crecimiento del sector.
Como empresario turístico, he vivido en carne propia los datos del verano 2011 en la Costa del Sol. No entro en la veracidad de las cifras de visitantes o del impacto económico que se publican, puesto que imagino que estarán suficientemente contrastadas, pero sí que creo firmemente que el análisis de las mismas que hace Bendodo no se ajusta a la realidad.
Lo que no ha tenido en cuenta el Patronato es que el incremento del número de turistas que nos han visitado se relaciona de manera directa con las ofertas de última hora y con la competencia por alcanzar el lleno, que ha tirado los precios de las estancias en la Costa del Sol. Además, otra cuestión que obvia el artículo de El Mundo es que los turistas han pasado con nosotros menos días y han gastado este año menos dinero que los años anteriores.
Tal y como os comentaba hace unos días, los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) concluían que había descendido el número de pernoctaciones, lo que quiere decir que aunque hayan llegado más visitantes han pasado menos noches de vacaciones en la Costa del Sol, además de confirmar la caída de los precios en Andalucía.
Es necesario tener un criterio claro y realista a la hora de manejar las cifras. Si se limitan los datos al periodo comprendido entre junio y septiembre, nos encontramos con un análisis incompleto y confuso, puesto que los porcentajes deberían sacarse sobre las medias anuales para tener una visión real de cifras de la evolución del sector turístico. El empresario tiene los mismos costes fijos durante todo el año y la rentabilidad debe calcularse respecto al total del periodo en que un establecimiento permanece abierto, no respecto a los meses de temporada alta.
La temporada alta debe ser la época más rentable del año para poder afrontar el invierno, por lo que la caída de beneficios, especialmente acusada este año durante el mes de agosto, nos va a traer a los empresarios un invierno que va convertirse en todo un reto. Esperemos que el sector turístico malagueño pueda superarlo.
Hace unos días leía en el diario El Mundo que la Costa del Sol había acogido a 4,8 millones de turistas entre los meses de junio a septiembre, causando un impacto de 3.470 millones de euros. Éstas eran las declaraciones del presidente del Patronato de Turismo, Elías Bendodo, que anunciaba nuestra provincia había experimentado un incremento del 10% respecto al pasado año y había cumplido las previsiones de crecimiento del sector.
Como empresario turístico, he vivido en carne propia los datos del verano 2011 en la Costa del Sol. No entro en la veracidad de las cifras de visitantes o del impacto económico que se publican, puesto que imagino que estarán suficientemente contrastadas, pero sí que creo firmemente que el análisis de las mismas que hace Bendodo no se ajusta a la realidad.
Lo que no ha tenido en cuenta el Patronato es que el incremento del número de turistas que nos han visitado se relaciona de manera directa con las ofertas de última hora y con la competencia por alcanzar el lleno, que ha tirado los precios de las estancias en la Costa del Sol. Además, otra cuestión que obvia el artículo de El Mundo es que los turistas han pasado con nosotros menos días y han gastado este año menos dinero que los años anteriores.
Tal y como os comentaba hace unos días, los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) concluían que había descendido el número de pernoctaciones, lo que quiere decir que aunque hayan llegado más visitantes han pasado menos noches de vacaciones en la Costa del Sol, además de confirmar la caída de los precios en Andalucía.
Es necesario tener un criterio claro y realista a la hora de manejar las cifras. Si se limitan los datos al periodo comprendido entre junio y septiembre, nos encontramos con un análisis incompleto y confuso, puesto que los porcentajes deberían sacarse sobre las medias anuales para tener una visión real de cifras de la evolución del sector turístico. El empresario tiene los mismos costes fijos durante todo el año y la rentabilidad debe calcularse respecto al total del periodo en que un establecimiento permanece abierto, no respecto a los meses de temporada alta.
La temporada alta debe ser la época más rentable del año para poder afrontar el invierno, por lo que la caída de beneficios, especialmente acusada este año durante el mes de agosto, nos va a traer a los empresarios un invierno que va convertirse en todo un reto. Esperemos que el sector turístico malagueño pueda superarlo.