Es la paradoja del sector turístico. Ofrecer relax y descanso a los miles de turistas que nos visitan en vacaciones lleva como contrapartida miles de horas de trabajo frenético, carreras por los pasillos, coordinación perfecta y una estudiada planificación directiva y operativa para que cada función esté cubierta, cada imprevisto solventado y cada detalle colocado en su sitio.
Cuando todos descansan, nosotros trabajamos a destajo para que los servicios que ofrecemos respondan a la calidad que demanda el cliente, porque los fallos se pagan muy caros en un sector que depende más que ningún otro de la satisfacción del huésped. Un cliente satisfecho te agradece los buenos momentos, te recomienda a sus amistades y te comenta en positivo en todas las webs de viajes y en las redes sociales que, a dia de hoy, se han convertido en una imparable herramienta de información turística al alcance de cualquier persona.
La mayoría de la gente no lo imagina, pero el funcionamiento de un hotel como Holiday Polynesia cuando entramos de lleno en la temporada alta es un ciclo vital constante. Como una pequeña ciudad que nunca duerme, cada departamento tiene perfectamente delimitadas y organizadas sus funciones, de manera que todo esté a punto para cubrir las necesidades de unos clientes que consumen 3.000 comidas al día y se beben 700 litros de cerveza cada jornada.
Las cifras asustan a primera vista, no lo niego, y esas son las de un solo hotel, las de Holiday Polynesia, imaginad lo que puede ser hacerlas extensivas al resto de Holiday World, o a la totalidad del sector hotelero de la Costa del Sol.
La propia dinámica del sector turístico nos obliga a trabajar a toda máquina, pero cuidando en todo momento la eficiencia energética y la sostenibilidad para que los recursos de nuestra Costa del Sol no se goten y nos permita seguir brillando como destino turístico de calidad.
Es muy interesante conocer el gran trabajo y el numeroso equipo humano que hay detrás de una mesa puesta o de un zumo que se sirve en el buffet. El periodista Lucas Martín, de La Opinión de Málaga, ha elaborado un gran reportaje sobre los hoteles en temporada alta, que toma a Holiday Polynesia como ejemplo de organización. Os recomiendo su lectura, pinchando aquí.
Cuando todos descansan, nosotros trabajamos a destajo para que los servicios que ofrecemos respondan a la calidad que demanda el cliente, porque los fallos se pagan muy caros en un sector que depende más que ningún otro de la satisfacción del huésped. Un cliente satisfecho te agradece los buenos momentos, te recomienda a sus amistades y te comenta en positivo en todas las webs de viajes y en las redes sociales que, a dia de hoy, se han convertido en una imparable herramienta de información turística al alcance de cualquier persona.
La mayoría de la gente no lo imagina, pero el funcionamiento de un hotel como Holiday Polynesia cuando entramos de lleno en la temporada alta es un ciclo vital constante. Como una pequeña ciudad que nunca duerme, cada departamento tiene perfectamente delimitadas y organizadas sus funciones, de manera que todo esté a punto para cubrir las necesidades de unos clientes que consumen 3.000 comidas al día y se beben 700 litros de cerveza cada jornada.
Las cifras asustan a primera vista, no lo niego, y esas son las de un solo hotel, las de Holiday Polynesia, imaginad lo que puede ser hacerlas extensivas al resto de Holiday World, o a la totalidad del sector hotelero de la Costa del Sol.
La propia dinámica del sector turístico nos obliga a trabajar a toda máquina, pero cuidando en todo momento la eficiencia energética y la sostenibilidad para que los recursos de nuestra Costa del Sol no se goten y nos permita seguir brillando como destino turístico de calidad.
Es muy interesante conocer el gran trabajo y el numeroso equipo humano que hay detrás de una mesa puesta o de un zumo que se sirve en el buffet. El periodista Lucas Martín, de La Opinión de Málaga, ha elaborado un gran reportaje sobre los hoteles en temporada alta, que toma a Holiday Polynesia como ejemplo de organización. Os recomiendo su lectura, pinchando aquí.