Al final las cosas caen por su propio peso, pero yo he tenido que esperar trece años a que la justicia me diera la razón. Ahora que finalmente la sentencia me ha declarado inocente, puedo escribir aquí sobre lo que realmente sucedió en un caso que me ha tenido injustamente acusado durante tanto tiempo.
En aquel entonces yo era presidente de la Comunidad de Propietarios de BenalBeach, una de las promociones del grupo, donde hubo varios casos de impagados que la comunidad decidió llevar a juicio, tras plantearse formalmente dentro del orden el día y tras la votación a favor de los propietarios del inmueble.
Muchos de ellos abonaron su deuda antes de llevar el caso a juicio, y otros pagaron en el mismo juzgado, pero uno de los morosos dejó impagada la reclamación de costas y a los dos años el juez decide sacar el apartamento a subasta.
El tasador del juzgado saca el piso a subasta por 70000€, tras la cual se adjudica el inmueble un señor de Córdoba por 120.000, quedando depositada en el juzgado la diferencia con la deuda, para entregársela al propietario moroso cuando finalmente aparece. El nuevo propietario le pide al juez que retire los muebles del apartamento y que se los lleve el juzgado, que él no los quiere, y así se procede sin que el juez les conceda valor alguno.
Todo se hace según el procedimiento legal y con la actuación de un juzgado, pero el moroso me denuncia a mí y dos personas más, acusándonos de estafa por no notificarle la reclamación de la deuda y reclamando que el valor de sus muebles era de 200.000 €, algo que no cabe en cabeza alguna, puesto que hablamos de un apartamento de verano de 1 dormitorio y cocina americana.
Y yo me pregunto...¿qué estafa hay aquí?. Yo como presidente actúo según lo que han aprobado los vecinos en una reunión que tuvo 550 asistentes. La actuación de la comunidad fue la de hacer cumplir la ley contra un moroso, por lo que no entiendo qué película policiaca quiso ver el fiscal de aquel momento para admitir la denuncia y solicitar para mí tres años de cárcel.
Este señor impagado ha retrasado el proceso todo lo posible, cambiando hasta cuatro veces de abogado, haciéndome pasar por un calvario desde al año 2000 al 2013, prolongando el daño a mí mismo y a esas otras dos personas injustamente acusadas.
Cuando ahora el nuevo fiscal revisa el caso, nos retira la imputación porque no hay nada penal en los hechos, pero el que nos había acusado injustamente debería retirarse y dimitir, cosa que dudo mucho haga.
No se como se puede vivir tranquilo y llevar la cabeza alta sabiendo el desprestigio moral y el daño comercial que le ha causado sin motivo a una persona. Me pregunto porqué ha hecho tanto daño, porque lo curioso del caso es que el juez no esperó a terminar el juicio para dejar claro que somos inocentes.
Mi nombre ha estado injustamente vinculado a un delito de estafa y muchos que no lean estas palabras pensarán que soy un estafador... ¿y eso ahora quién lo paga? ¿el fiscal?.
Nadie me va llamar para pedir disculpas ni para decir que se equivocaron, no espero ninguna de las dos cosas, pero es cuestión de moral y de ética que reconozcan públicamente su error.