No suelo prodigarme mucho en los medios concediendo entrevistas. Soy hombre de decir lo que pienso sin pelos en la lengua, como bien saben los que me conocen y los lectores de este blog, y cuando me preguntan por algo no puedo evitar responder.
Mi papel en las empresas del grupo siendo siendo muy activo y estoy plenamente implicado en la gestación de nuevos proyectos, dejando las labores de representación y dirección de las empresas que conforman Grupo Peñarroya en mis cuatro hijas, que son las que normalmente atienden a la prensa.
Sin embargo, en esta ocasión tan especial, la de la celebración del 50 aniversario de Grupo Peñarroya, he recibido con sumo gusto a distintos medios que han querido entrevistarme y conocer mi opinión sobre temas turísticos y otras muchas cuestiones relacionadas con mi trayectoria profesional.
Como siempre, he hablado alto y claro y me reafirmo en mis opiniones, que muchos de los que me leéis habitualmente ya conocéis. Hoy comparto en esta entrada la entrevista que me ha realizado José Vicente Astorga de Diario Sur, que salió publicada el domingo 10 de julio y que tenéis también en su edición online.
Cristóbal Peñarroya: "El verano lo vende hasta mi nieto que tiene 16 años, pero lo difícil es saber vender el invierno"
Constructor y empresario pionero del ‘todo incluido’ hotelero en la Costa del Sol
El grupo que fundó hace 50 años ha crecido con la Costa del Sol, sigue con proyectos y espera llegar a las 9.000 mil camas
En su móvil enseña en tiempo real la ocupación del complejo de cuatro hoteles, único en el litoral. «Mire, esta es la verdad de mi negocio, pero no publique la cifra que hay quien se enfada». En realidad aquí todos los datos son altos como corresponde a un ‘pueblo’ de miles de ‘vecinos’ con pulseras de colores que pueden comer y beber en 16 restaurantes además del menú intenso de diversión. Quiere hacer dos hoteles más. «Me dicen que lo están mirando, pero si no me los aprueban, el Venecia y el París, me los llevaré a Marbella. Llegaríamos a las 8.600 camas, pero llevo cuatro años esperando», asegura.
–¿Cómo se lanzó al ‘todo incluido’?
–Desde que tenía 17 años estoy construyendo, aunque mi padre me decía cuando empecé que estaba loco. Las cosas me fueron bastante bien, hice mucha vivienda y en el año 89 ya había comprado terrenos en Las Chapas, en Marbella, y también aquí. Luego, en el 2002 vi que esto se hundía. Nuestro cliente residencial era un 99 por ciento extranjeros, 80 ingleses y el resto nórdicos. Y por experiencia sé que cuando esos países empiezan a hundirse a los dos años eso llega a España. Pensé: tengo algún dinero, pues voy a meterme en hacer hoteles. En esta parcela de 400.000 metros que había comprado por fases me metí a hacerlos. Recibí todas las pegas del mundo, t menos mal que encontré un alcalde, Enrique Bolín, que me dio todas las facilidades del mundo.
–¿Quién le dijo que esta era una apuesta ganadora?
–Vi en el extranjero el concepto hotelero. Tuve la habilidad, que no es la suerte, la suerte es que toque la lotería, de conocer a unos señores que me dijeron que si hacía esto podía triunfar. Me asesoré de personas que sabían, no como aquí en la Costa del Sol, que todo el mundo sabe de turismo y no es verdad. Me fui a aprender del que sabía, y busqué un modelo familiar. La gente cree que el ‘todo incluido’ es pasar hambre. De eso nada. En mi bufé usted puede encontrar 115 tipos de comida. El primero y segundo día te arruinan, pero al tercero ya se les quitan las ganas. Hay quien come mucho y quien casi no come.
–¿Cómo se hace lo de abrir con la ocupación ya asegurada?
–En esto hay que romper muchos zapatos, llamar a muchas puertas.
–Y tocar sobre todo las de los grandes touroperadores.
–Sí, pero cuando haces un producto estrella, los grandes se interesan. Ahora tengo 16 restaurantes, 12 bares, tres o cuatro ‘spa’, hasta guarderías, cuatro cines...más animadores que en ningún sitio. Tengo golf. Recogemos al cliente y tiene cinco campos disponibles. El 90 por ciento aquí es familia, con dos o tres niños. Los ingleses tienen más hijos.
–¿Le acojona el ‘Brexit’?
–No. El que diga que por el ‘Brexit’ la Costa se hunde no tiene idea. ¡Ni idea!. Que no asusten a la gente los que no saben. Ganaremos seguramente un poquitín menos, pero habrá más clientes cada día. El turista inglés ya tiene previsto el veraneo del año que viene, no como el español que a la fecha que estamos no sabe si se va a ir en julio o agosto. Si además cambian las cosas…a lo mejor hay un nuevo referéndum. Piense que ya hay cuatro millones de firmas para que se repita.
–¿Cuándo harán la próxima gran tanda de ventas de estancias?
–La semana pasada, después del ‘Brexit’, he contratado 3.000 plazas diarias con aumento de precio hasta el 2020. Y yo preguntó: ¿Dónde está el ‘Brexit’?. Yo no sé de turismo, pero tengo mis hoteles llenos. El resto de plazas, además de las del contrato, también. Ofrecemos un producto y unas calidades que no existen y un personal fuera de lo normal.
–¿A medida que mejora el negocio hotelero menos atención presta a construir? ¿Espera tiempos mejores?
–No pienso construir más en mi vida. Me han hecho mucho daño y se lo he prometido a mis hijas. Haré hoteles, pero no construiré.
–¿Daño en su reputación?
–Sí. El ‘caso Malaya’. Hubo unos señores. Un juez estrella y un fiscal que se equivocan y dicen que Peñarroya está implicado porque en una servilleta de papel pone ‘Villarroya’, y él, que es muy listo, porque la servilleta se la da a policía, le dice al fiscal que Roca se equivocó al poner el nombre. Y a Peñarroya me lo detienen, y salgo en toda la prensa. Me absuelven totalmente, sin tener que ir al Supremo, pero todavía estoy esperando que me pidan perdón. Yo, cuando me equivocó, pido perdón.
–¿Cuál fue su relación con Roca?
–La tuve y muy mal. Yo molesté a Gil dos veces por algo que además me correspondía legalmente. Yo nunca he dado dinero a nadie y a Roca menos. El juez me dice que yo le he pagado dos años y medio después de que me diera la licencia. No conozco una cosa igual con Roca. Eso no se lo cree nadie, pero eso me ha ocurrido a mí. Mi familia lo pasó mal. Fíjese. Tengo operaciones gordas pendientes, y tengo que viajar. Hace diez días a los EEUU y mi abogado me tenía que hacer un certificado diciendo que fui absuelto. En Internet salgo manchado. Estoy manchado para el resto de mi vida.
–¿No piensa reclamar el derecho al olvido?
–No. Porque los jueces saben dar ese toque final sobre mi: «Puede haber…». Si no, el que está aquí hubiera atacado como un jabalí herido. Porque sigo herido. Que me pidan perdón los señores que se han equivocado. En Marbella no se hacía cohecho. Era directamente extorsión.
–En aquella Marbella con los hilos del urbanismo controlados por Roca, ¿cómo actuaba usted?
–A mi me dieron licencia. Entre chalets y apartamentos hice dos mil unidades, pero es que yo tenía aprobado el plan parcial del año 75. Sin problemas. Cuando compré los terrenos tenían aprobado el plan. No tenía problema ninguno, ni tampoco tenía que pedir favores a nadie.
–¿Y cuánto suelo sigue teniendo?
–Me quedan apartamentos, también suelo comercial. Tengo a seis kilómetros de Marbella un terreno de 3,8 millones de metros cuadrados.
–¿Conoce a alguien en la Costa que tenga algo parecido?
–En Marbella Marbella, no.
–¿Qué usos tienen reconocidos?
–Residencial, pero queremos pasarlo a hotelero. De aquí a final de año podremos empezar algo. La primera piedra, en abril, para mi cumpleaños.
–¿Será también ‘todo incluido’?
–No. Es un turismo de más calidad. El mismo cliente que viene aquí con estas calidades, va a allí y paga el doble. Queremos hacer una cosa espectacular y también familiar.
–Deme algunos detalles.
–Lo siento, pero no puedo. Estamos en negociaciones.
–¿Cree que con la oposición a levantar rascacielos en Marbella se perdió una oportunidad?
–Si se hubieran permitido, se la hubieran cargado para los restos. El arquitecto Melvin Villarroel decía que los árboles tienen que estar un poco por encima de los pisos. Allí haremos planta baja más cinco. No me van los rascacielos y los touroperadores, además, tampoco los quieren.
–¿Qué es lo más alto que ha construido?
–Planta baja más ocho. En Málaga hice unos cuantos miles de viviendas y podía haber hecho más. En la Costa no se deben permitir más alturas ni tampoco chalets adosados.
–¿La mayor barbaridad que ha escuchado sobre Holiday World?
–Me han llegado a decir que dejaba a la gente sin playa para comer la tortilla, y cosas peores. Me pusieron pegas de todos los colores. Tengo aquí 400.000 metros y un kilómetro de fachada a la carretera. Le decían al alcalde que tuviera cuidado porque iba en busca de un pelotazo, a hacer apartamentos. Yo me quiero retirar de hotelero. He vivido siete meses al año viajando continuamente porque para vender mil y pico de viviendas al año tienes que hacerlo. Un empresario de Torremolinos que ha llegado a decir que esto es de Tui y que soy un empleado de Tui. Tui no tiene nada que ver. Mandan mis hijas y mi mujer.
–Otra cosa es que sea el principal cliente.
–Sí, pero tengo a todos los touroperadores del mundo. Y le voy a decir una cosa: Quien diga que hay que quitarse a los touroperadores, ese no sabe de lo que habla. Seguirán existiendo y el día que no nos dolerá la cabeza.
–Estaba claro que había quien no creía en su proyecto.
–Bolín creyó en mí, y aquí están los hoteles. También decían que estos hoteles eran de unos americanos, como se llamaban Holiday; después que eran de unos rusos. Mis hoteles son el 50 por ciento de mismas hijas y el otro 50 de mi mujer y mío.
–¿Cómo ha buscado a los profesionales que gestionan todo esto?
–He tenido la suerte de tener cuatro hijas que valen muchísimo. Mari francis, antes de estar aquí, era directora de producción de ‘Hospital central’, con 350 personas a su cargo. Tardé tres años en convencerla para que llevara este proyecto, Ana María lleva el tema inmobiliario, y ahora pasará a ser la jefa del proyecto de Marbella; Mónica, decoración. Y la mayor, Mari Pepa, la presidenta del consejo. El negocio lo llevan mis hijas. Mandan ellas.
–¿En Marbella buscará socios?
–Sí. Hacer lo que queremos vale unos cuantos millones. Iremos al cincuenta por ciento. No quiero pedir más un préstamo a un banco. Sólo tengo buenas palabras para el Banco Popular. Tres veces lo he buscado en mi vida y tres me han ayudado.
–¿Cuándo se ha visto peor?
–En el 75 tuve un mal momento. En el 92 también me ayudaron. En el 2010 no sabía. Le escribí al presidente, Ángel Ron. Sólo le puse en el papel:Necesito que me ayudes. Por la tarde me estaban llamando para fijar una cita. Vinieron consejeros del banco, y me refinanciaron como yo pedí. El banco sabía donde se metía. No soy ningún loco, aunque hay que estarlo un poco para hacer esto. Le debo menos al banco, un 4 o 5 por ciento de mi capital.
–¿Qué piensa cuando ve la lista de morosos a Hacienda con constructoras a la cabeza?
–Hacienda lo que tiene es que dar facilidades, años de plazo. Con garantías, si no lo cobrará nunca.
–¿Qué le preocupa ahora?
–Que en la Costa falten hoteles y sobren estrellas. No se puede permitir que los haya de cuatro y no se merecen ni dos. Hoteles sin reformas desde hace 40 años. Si hay que quitarlas, vamos a quitarlas.
–Eso no lo dirá en Aehcos.
–No pertenecemos, pero espero que volvamos si mi hija Mari Francis quiere. No se puede consentir que el anterior presidente y el anterior permitieran que el convenio fuera el más alto de España. ¿Cómo podemos competir con Canarias, Baleares, Levante o Cataluña? ¡El más alto!. La última vez nos marchamos. Al nuevo presidente lo vemos responsable.
–¿Cuánta gente trabaja con usted?
–En temporada alta 1.100 personas, y sin problemas. Tenemos el mejor personal por dos razones. Porque se le examina y se ve su preparación. Aquí no vale saber hacer lo que sea, y porque hay reciclaje.
–Tiene aquí muchos restaurantes. Con la crisis de La Cónsula y la Fonda, ¿cree que los empresarios que se benefician luego de esos alumnos miraron para otro lado?
–El sector es cobarde. El empresario de Málaga es en una gran mayoría cobarde. Lo que yo digo del convenio ¿quién se atreve a decirlo?. Así le va a muchos. Mire usted, lo que pasa en La Cónsula y La Fonda no tiene nombre. Tendría que haber cinco cónsulas y cinco fondas más. Tiene que haber profesionales, no albañiles metidos a cocineros.
-La capital vive un ‘boom’ turístico. ¿Le atrae para invertir?
–Paco de la Torre ojalá siga muchos años más. Quien ha levantado Málaga es él, nos guste o no. En Sevilla lo hubieran sacado a hombros. Mis hijas quieren un hotel en el Centro., y llevamos un año con el proyecto, pero para que sea rentable debe tener 150 habitaciones.
–¿Qué necesita la Costa del Sol?
–Dos cosas. Quitar estrellas sí o sí hasta que se adapten. Punto segundo, dejar de hacer propaganda electoral con el tren y meterlo hasta la provincia de Cádiz. Marbella, por favor. Ah, y precios no abusivos de la autopista.
–¿A usted que anda en proyectos de gran envergadura le descuelgan los teléfonos oficiales?
–Para el proyecto grande de Marbella hablo con Javier González de Lara. Se está portando muy bien, y se puede avanzar mucho si Susana Díaz sigue en la Junta. Quiere arreglar Andalucía. Debía quedarse y no irse a Madrid. Ha dicho que hay que crear puestos de trabajo si o sí. Es un torbellino de los que quiere arreglar Andalucía, y no nos interesa que se marche. Crear empleo, si o sí, es su objetivo. Los demás lo han dicho con la boca chica. Medio Ambiente, Presidencia, Empleo...los consejeros están en esa línea con proyectos de envergadura que sean de verdad, no lo que pasó en Marbella con el puerto.
–¿Ha hablado con la presidenta?
–Una vez. En Londres. Poco tiempo.
–¿Cuál es el municipio más ágil?
–Marbella, y el mejor alcalde es Pepe Bernal, un hombre que quiere levantar su ciudad. No se puede tener tanto paro, y gente pasando necesidades por la burocracia. Si se quitara se levantaría en 24 horas.
–¿Qué me dice sobre la estacionalidad y el turismo de invierno?
–Ese es otro capítulo. Mire, mi hija Marifrancis lleva años luchando con los políticos. El verano lo vende mi nieto, que tiene 16 años, pero lo difícil es saber vender el invierno. ¿Para qué salen fuera para vender el verano si se vende solo? Venda usted el invierno, pero ellos no saben. Mi hija se rompe la garganta en todos municipios, Patronato, Turismo Andaluz y nadie hace caso. Tenemos un proyecto para ceder aquí suelo y que se hagan pistas de todo tipo y piscinas. Sería un beneficio para toda la Costa en invierno. El Gobierno, la Administración, tiene que hacer lo que no hacen las empresas.