viernes, 4 de octubre de 2013

Inocente en la sentencia del Caso Malaya


Hoy me gustaría compartir con vosotros mi historia sobre lo que sucedió hace ya 7 años y  todo lo vivido hasta conocerse la verdad del Caso Malaya.

Quiero comenzar diciendo con fuerza que SOY INOCENTE. Hoy la sentencia del Juez Godina lo ha ratificado. Pero han sido muchas las irregularidades que se han cometido en la instrucción de este mediático caso.

La primera, comienza un Lunes 26 de Junio de 2006 cuando se presenta en mi casa la policía y me detiene, sin darme ninguna explicación del motivo de mi detención.

Me llevan a un calabozo, como si de un criminal se tratase, cuando lo procedente hubiera sido que me hubiesen  llamado a declarar como a cualquier ciudadano de a pie.

La 2ª irregularidad se produce cuando me encierran 4 días, más de las 72 horas como contempla la ley y aún sin conocer la causa por la que estoy detenido. A pesar de la dureza vivida no puedo olvidar el buen trato recibido por la policía de la comisaría de Málaga que desde aquí, una vez más, quiero darle las gracias.

Pero el error  más grave se produce cuando voy a declarar,  allí me dicen que la razón de mi detención se debe a una prueba encontrada, un papel que dice Peñarroya 35.500 euros; ante mi sorpresa, le solicito al fiscal, de apellido Caballero, que por favor me muestre la prueba, el cual rehúsa por estar bajo secreto de sumario.

Cuando Juan Antonio Roca fue llamado a declarar, una de las aclaraciones que hizo fue precisamente esa, que el que le había pagado esos 35.500 euros había sido Villaroya y no Peñarroya. Con todo esto, el fiscal seguía sin admitir el error ya que durante el juicio se dirigió a mí varias veces como Villaroya y no como Peñarroya. En ese momento le pedí al presidente de la sala que se dirigiera al fiscal para decirle no se volviera a equivocar puesto que mi nombre era y es Cristóbal Peñarroya Sánchez desde el 14 de Abril de 1945, y no iba a permitir que nadie cambiara mi identidad. El fiscal me pidió perdón y desde aquí le digo lo mismo que aquel día, que nunca en la vida le perdonaré.

Ya han pasado 7 años y 4 meses desde que mi nombre fue manchado y esto ha perjudicado negativamente a mis negocios; la banca me abandonó, los clientes temían cerrar acuerdos con “el empresario que estaba dentro de la trama Malaya”… lo que ha provocado que el error de un fiscal y un juez instructor lleven mi empresa casi a la ruina.

Creo, que de lo único que puedo presumir en mi vida, es de ser una persona dedicada plenamente al trabajo, generando empleo e intentando darle a mi empresa un nombre y una posición difícil de mantener. Este esfuerzo lo llevo realizando desde que tenía 14 años para que una malísima instrucción se quiera cargar y ensuciar lo que tantos años he venido luchando y trabajando.

No olvidaré el daño que ha causado a mi persona y a las personas que me quieren y me rodean, como mi familia, que gracias a su apoyo incondicional seguimos adelante, día a día, para seguir luchando por nuestro negocio familiar.

Gracias a todo el equipo que forma mi empresa porque gracias a su confianza he podido seguir obteniendo éxitos junto a ellos.

Y una vez más agradecer a tantas personas que estuvieran a mi lado el día de mi detención y que hoy vuelven a darme su apoyo.

Muchas gracias a todos, y por fin mi familia y yo podemos decir adiós al Caso Malaya.