Aunque parezcan dos términos contrapuestos, el turismo, ahora más que nunca, debe ir de la mano de la sostenibilidad si no queremos acabar con los recursos de este entorno privilegiada que es la Costa del Sol.
Tenemos la suerte de desarrollar nuestra actividad empresarial en una provincia al borde del mar, con un clima envidiable, y con rincones naturales de gran belleza que deben preservarse aunque sean visitados por los turistas que cada año quieren pasar sus vacaciones junto a nosotros.
El empresario hotelero no puede morder la mano que le da de comer, la riqueza de la Costa del Sol. Pero la sostenibilidad no está relacionada con el número de camas hoteleras, sino con la adecuada gestión de los recursos y con la eficiencia de la gestión del establecimiento. Un hotel pequeño con instalaciones vetustas puede ser más contaminante y menos respetuoso con el medio natural que un gran complejo en el que se apliquen criterios de sostenibilidad.
En Holiday World siempre lo hemos tenido muy claro. El compromiso con el medioambiente y con la sociedad que nos rodea, no es algo nuevo, siempre ha estado en el espíritu de la empresa. Desde los inicios hasta el día de hoy, hemos trabajado tanto a nivel constructivo como de gestión, para aplicar criterios de eficiencia energética.
Muros de aislamiento, máximo aprovechamiento de la luz natura, detectores de presencia, sistema de climatización ecológico, reciclado de aguas de lluvia, riegos por goteo, iluminación de bajo consumo, instalación de placas solares… son medidas que requieren una indudable inversión pero que a la larga revierten en un beneficio colectivo que va mucho más allá de lo económico.
Es cierto que muchas instalaciones hoteleras y de ocio de la Costa del Sol necesitan modernizarse y replantearse su modelo de gestión, pero somos los empresarios del sector los que debemos tener nuestra postura clara. Preservar el medioambiente es mantener nuestro valor como destino turístico de primera línea. Es una ventaja competitiva que está en nuestra mano mantener.