lunes, 28 de noviembre de 2011

Benalmádena prohibe en su PGOU la reconversión de hoteles


El Ayuntamiento de Benalmádena  ha aprobado de manera definitiva una modificación de la ordenanza de Uso Comercial del Tipo-Residencial Hotelero que impide la división horizontal y conversión de los establecimientos hoteleros en viviendas. De esta manera, el PGOU de la localidad recogerá que, a partir de ahora, los proyectos de edificios destinados a este uso deberán incorporar, al recibir la licencia urbanística, la anotación en el Registro de la Propiedad del destino hotelero, así como la imposibilidad de segregación posterior.

Según ha declarado el alcalde, Javier Carnero, «Esta iniciativa supone una garantía para el mantenimiento y protección de nuestra planta hotelera, vital para el fomento del comercio y el turismo» y ha añadido que el objetivo de la medida "es proteger y promover la creación de establecimientos hoteleros, ya que el turismo es el motor económico de Benalmádena, y no podemos permitir que en tiempos de recesión financiera nuestros hoteles sean pasto de la especulación urbanística".

Coincido con el alcalde en que el turismo es sin duda el motor económico de la localidad y que la actividad de los empresarios hoteleros debe protegerse y favorecerse por las autoridades, pero hay que señalar que los hoteles que tienen más de 25 años y se han quedado ya obsoletos son un problema.

El alcalde debería tener en cuenta que para ser competitivos y poder ofrecer servicios de calidad, estos hoteles antiguos deben ser completamente remodelados y requieren una cuantiosa inversión, que ningún empresario puede asumir sin tener cerrados acuerdos con touroperadores.

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La baja calidad de las infraestructuras hoteleras lo único que hace es perjudicar la imagen de Benalmádena como destino turístico y perjudica la actividad de todo el sector, puesto que los hoteles vetustos acaban tirando los precios para poder subsistir y entramos en una dinámica en la que perdemos todos.

No creo que al Ayuntamiento le corresponda tomarse la potestad de  prohibir que se haga una división horizontal, que para algunos empresarios del sector sería la única salida si ven que su negocio no sale a flote. No se puede atar de pies y manos a estos empresarios, que deben buscar una alternativa a su negocio.

Creo que esta medida impide la evolución natural de la la planta hotelera, porque es lógico que las infraestructuras obsoletas dejen de dedicarse a este uso, y hay que apostar por favorecer la construcción de hoteles nuevos, que nos permitan tener unas infraestructuras turísticas más actuales y modernas. Si queremos ser un destino turístico de calidad, tenemos que apostar por hoteles de calidad.